Mision Imposible

Mientras coloco a un lado el tanque de Coca-cola y al otro mi ensalana (si, si, habéis leído bien, ENSALANA. No es un fallo del escritor, es una ensalada a la cual le he puesto el nombre de quien me enseño a hacerla. Pienso patentarlo, el nombre claro, porque la receta no es mía y podría buscarme problemas con los royalties), me preparo para escribir un post, que las ideas, aunque absurdas casi todas se me acumulan.

Hace unos días salio a la palestra la conversación, de mi regalo de cumpleaños, que por cierto falta aun la tira pero no es el caso.
Proponía yo, al becario, que para mi próximo cumple me regalase la camiseta de España campeona del mundo, que puesto que yo no pienso gastarme los euros en comprármela, no original ni de irritación, así le daba una idea y si me la compraba pues ya tenia una para los futuros triunfos de La Roja.
El caso es que el Becario, ni corto ni perezoso, me suelta que ya tenia pensado un regalo para el próximo cumple que "me iba a emocionar" y que no me lo esperaba". Y claro, ahí ya pincho en hueso.
Por supuesto, no he conseguido sonsacarle nada respecto al regalo. Pero el motivo del post es ponerle las cosas fáciles o difíciles según se mire, para que se haga una idea de que me emociona y que no.
Si quisiera ser breve y veraz, diría que a mi actualmente, NO HAY NADA QUE ME EMOCIONE.

Yo no soy un bizcochito que se echa a llorar cuando abre un móvil. No, lo siento pero no.

Yo cuando veo a una niña pequeñita llorando mientras sujeta un cucurucho y mira al suelo la bola de helado que se le acaba de caer, no lloro. Nooo, yo me agacho, recojo la bola de helado le quito el cucurucho y me lo como.

También podemos descartar, que el regalo sea un viaje a New York, por dos motivos bien diferentes:

• El primero y más probable, el becario es un tacaño de no te menees así que no espero que de su cartera salga un viaje pagado a La Gran Manzana, aunque solo fuese de ida.

• Y segundo, pero no menos importante, si New York me gustaría verlo, pero no me llegaría a emocionar estando allí, porque YO NO ME EMOCIONO NUNCA.

 Si decide recurrir o apelar mas bien, a los recuerdos en plan, mira esta foto, o te llevo a donde pegamos nuestra primera patada a un balón, o te voy a comprar una goma de borrar de la marca MILLAR que tanto solías mordisquear de chico. MAL VAMOS, porque por todos es sabido que tengo una memoria malísima, cosa que mientras me duchaba hoy me preocupaba pues no recordaba lo de hace pocos meses...
Bueno, que me salgo del tiesto, decía que si decide apelar a recuerdos, pues no conseguirá ni un sollozo mio, porque al no recordar las cosas se pierde ese momento tierno.

Antes de acabar, y releyendo un poco el post, he recordado, (si ha veces hay momentos en que la memoria hace contacto), que esta misma mañana (de ahí que aun lo recuerde) he visto un móvil con teclado qwerty deslizable de esos que tanto me gustan y desde hace tanto tiempo quiero. Pero, lo siento, pero no creo que regalarme un móvil haga que me emocione, y de nuevo vamos con las razones que son a saber y a saber cual:

• Como dije antes, no soy ningún bizcochito que llore porque le regalen un móvil, además de que seria ya un deja vu y carecería de originalidad.
• Dudo que de aquí a mi cumpleaños, no tenga ya un móvil de esos por mis propios medios.

Así que después de todas estas reflexiones, espero que el becario tenga el camino mas llano para mi regalo y que se le quiten de una vez por todas las tonterías esas de hacer que yo me emocione.

¿Puede una piedra emocionarse? No ?, pues yo tampoco carajo.