No es justo que este blog despida el año sin una entrada para la persona que siempre, desde que apareció en mi vida ha estado aquí.
Hubo un tiempo en que este blog se actualizaba diariamente. Hubo un tiempo en el que había muchos comentarios y acalorados debates en ellos.
Pero ese tiempo ya pasó.
Por aquí han pasado muchas personas y ahora apenas quedan un par.
Pero desde que Jenny, mi amor, apareció en este blog, allá por enero de 2010 dejando su primer comentario, ha sido la única que ha permanecido fiel al blog y a éste humilde escritor.
Por tanto, como he dicho antes, no es justo despedir el año sin dedicarle unas palabras y que sea para ella, las últimas letras de este blog en el año 2013. Porque por muy buena que sea la serie que antes ocupaba este privilegiado puesto, ella bien vale suplantarla.
Ha venido acompañandome a mi ciudad, lejos de su familia y seres queridos, para pasar estas fechas estivales junto a mi. Hemos pasado momentos maravillosos y algún que otro más acalorado (típico en las parejas, por otra parte). Pero siempre encontramos la manera de solucionarlo, de buscarnos el uno al otro y ver que lo que ambos tenemos y sentimos por el otro es más importante que cualquier estúpido pelea.
Siento no poder darle todo lo que se que merece y sólo puedo intentarlo y tener fé de que sea suficiente.
Por eso quiero que cuando venga a ver esta entrada, un poquito de alegría llene ese enorme corazón que tiene, y vea que me he acordado de ella.
Porque sin ella mi vida siempre ha parecido vacía y gracias a ella, he encontrado una ilusión por la que continuar día sí, día también.
Quiero verla feliz y cuando eso ocurra, sentirme parte de ello.
Te amo J.
Gracias por estas palabras... Tú eres mi felicidad. Gracias por TODO lo que haces por mi. Te quiero muchísimo.
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