Hoy hemos celebrado el cumpleaños de mi Tía, la hermana de mi padre. Y con motivo de tal fecha, de tres o cuatro años para acá, la cumpleañera suele organizar una comida en la que nos juntamos toda la familia que nos encontramos en Cáceres.
En parte me siento un poco responsable o más bien co-autor de esta iniciativa.
![]() |
Tantos primos...y tan poco tiempo ! |
Recuerdo que cuando iba a casa de mi tía a por bolsas de ropa que ella no quería y nos cedía muy gustosamente, hablábamos de lo curiosa que era nuestra situación. Dos familias, por parte de mi padre y por parte de ella, que vivíamos en la misma ciudad y que, sin estar peleados, apenas nos veíamos. Y eso que Cáceres, no es precisamente una ciudad muy grande.
Hablábamos con gran pesar de que no sabíamos los unos de los otros si no era en aquellos encuentros esporádicos en los que nos contábamos como iban nuestras respectivas familias.
Pues bien, parece que la idea cuajo (para los de la LOGSE, tuvo efecto) en los pensamientos de mi tía. Y como digo, desde hace unos 3 ó 4 años, se ha convertido en una cita permanente.
Por causas del trabajo u otros menesteres (para los de la LOGSE, asuntos), yo sólo he podido asistir a la primera de esas comidas y uno de mis hermanos, hasta hoy no había podido asistir.
Y recapitulando, hoy he podido revivir las mismas sensaciones que sentí la primera vez que fui, en palabras de mi hermano:
Comentaba lo crecidos que estaban mis primos, que hacía años y años que no sabía de ellos. O lo parecidos que eran unos a otros o si le sacaban parecidos a su madre o a su padre, etc…
En estas comidas de mesa grande, es fundamental que escojas buen sitio. O para ser más precisos, más que el sitio, importan las personas que tengas a tu lado. De ello va a depender que te aburras más o menos o que te diviertas más o menos. Y no tiene que ver nada que te caigan mejor o peor una u otras personas, simplemente que con unas u otras tienes más temas de los que hablar que con otros.
En un principio, yo tenía a un lado al, por todos los de este Blog conocido por Guevarista o Camelita como últimamente le han dado en llamar, y al otro tenía a una de mis primas.
Pero el azar jugó en mi favor y al tener enfrente de mi a las hijas e hijos de mis primos, reclamaron que mi hermana estaba muy lejos de ese grupo que le era afín (para los de la LOGSE, común) a sus intereses y preocupaciones. Así que, por un golpe del destino me he visto flanqueado (estar colocado, para los de la LOGSE) por mis dos hermanos y asiduos del blog, Campanilla y el Guevarista.
Y una vez más, he de decir orgulloso, que la relación entre mi hermana y yo, tiempo atrás casi circunstancial, se ha vuelto fluida y si ella me permite el atrevimiento, diré que constante.
Es agradable comprobar, y más yo, que soy muy dado a darle importancia a las cosas, ver cómo la gente que te rodea tienen muchas historias a sus espaldas:
Algunos contaban que han estado en Chile estudiando, otros que no van a Canarias de fin de curso porque ya han estado dos veces.
Otros que se van a Punta Cana o La Ruta Maya. Historias de Amsterdam, ratas o despedidas de soltero.
Unos hablan de medicina y de compartir pisos.
Tengo primos que fueron toreros y otros que luchan en esta vida, por salir adelante siendo escritor.
Ves que mi tía hizo un pacto con el diablo para que ni ella ni sus hijas sufrieran el paso de tiempo sobre sus rostros y que se conserven tan jóvenes como yo las recordabas. Y por el contrario ves crecer a esos primos que recordabas tan pequeñitos desde hace mil años.
Los hay que siempre serán fieles a su estilo y que lo demuestran desde su actitud hasta su forma de vestir y cuyo capitán general de dicho “Movimiento” es el guevarista. Siempre fiel a su estilo, de vida y de vestir, tanto si es bueno o malo, tanto si gusta o no, pero en definitiva, su estilo.
En conclusión, que de una manera u otra, todos han aprovechado todo este tiempo del que han y hemos disfrutado.
Experimenta la reunión familiar definitiva |
Y yo espero, algún día, poder mirarme al espejo y saber que cuando se me reclame allí donde vaya, en el más allá o donde quiera que sea, pueda decir orgulloso que he vivido mi vida lo mejor que he podido y he sabido.
Y creo que aún no he perdido la esperanza y que acercarme más a mi hermana, aunque sea algo que puede que no haya buscado yo, es una señal de que algo puede estar cambiando…
Ojalá que esa sensación no se apague y por el contrario se incremente…